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Leviatanes
El leviatán es un guerrero fuertemente armado y blindado, lleno de una fe ciega en su señor, rey o gobernante cuyas órdenes están por encima del aprecio a su propia vida. El leviatán es un convencido de la necesidad de un orden estricto y de la importancia de la lealtad sobre todas las cosas, poniendo sus terribles recursos bélicos a disposición del monarca al que sirva. Aunque mayormente es encontrado en la élite de los ejércitos, puede también adoptar una postura más independiente y libre de la jerarquía militar, quizá como un guerrero solitario que busca cumplir los deseos y mandatos reales con sus particulares métodos, aunque nunca desaprovechará la oportunidad de encontrar camaradas de armas. Se puede considerar al leviatán como la artillería pesada en cualquier lucha. Gusta mucho de usar las armas que sean más impresionantes por su tamaño y daño que causen, antes que por su versatilidad, velocidad o discreción. Es más, no son para nada discretos, blandiendo sus enormes hachas, espadas bastardas o de dos manos cada vez que tienen la oportunidad de enseñarlas. Asimismo los leviatanes prefieren llevar armaduras muy pesadas, como la completa o en todo caso una armadura de placas. No usa cota de mallas o armaduras de cuero, y si no ha podido conseguir sus armaduras favoritas prefiere no llevarlas. El leviatán es el que anda a la cabeza de cualquier ataque o expedición, cargará sin titubear contra aquellos que reconozca como enemigos de su señor, será el primero en tomar una iniciativa de combate a muerte en caso de situaciones hostiles, y siempre elige la solución de las armas a cualquier problema. Nunca rechaza un duelo personal con quien considere que es un rival que ofrecerá una buena pelea. El duelo es a muerte si el rival es enemigo de su señor, aún si este fuera mucho más poderoso que el leviatán, quien estará orgulloso y feliz de derramar su sangre y morir por la gloria de su monarca. El leviatán manifiesta un desprecio terrible hacia los cobardes y los débiles, no tiene compasión con aquellos que lo combaten temerosamente y prefiere darles muerte a tomarlos prisioneros. Por lo general el leviatán es relativamente tolerante con las actitudes de sus compañeros de armas siempre que estas no comprometan su lealtad. Aparte de serle fiel a su señor, el leviatán es un convencido escultor de las artes militares y feligrés del dios de la Guerra Kotlum o Ares y en premio a su intachable vocación bélica, dicho dios le otorga poderes a aquellos con una larga carrera y experiencia en el mundo de las armas. Un leviatán que no sea fiel de aquel dios, que traicione o desobedezca abiertamente a su señor pierde la categoría. El camino del leviatán es duro, difícil y lleno de sangre por lo que muchos guerreros no son capaces de seguir el estricto código de lealtad. |
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